Javier un chico de quince años había sufrido un accidente de coche hacía un año. Cayó en un profundo coma.
Mientras estaba en el coma tuvo un desconcertarte sueño. Él era un cazador de animales exóticos. Ahora le habían enviado a cazar un tipo de cocodrilo muy raro que vivía en las profundidades de la selva amazónica.
Se dirigió hacia allí en avión y cuando se adentro en la selva comenzó su aventura.
La selva le pareció un lugar mágico por todos sus arboles tan grandes y sus animales tan raros. Tras haber estado rondando por allí durante dos semanas encontró unas huellas de ese tipo de cocodrilo que se dirigían a una cueva. Como ya era tarde decidió acampar delante de la cueva y entrar al día siguiente por la mañana.
Se hizo de día y entro en la cueva. A los veinte metros empezó a ver agua y a los cincuenta vio una cría del cocodrilo que buscaba. La enveneno aprovechando que estaba dormida. Salió de la cueva y vio un enorme dinosaurio.
Salió corriendo como nunca antes había corrido, tras diez minutos de carrera pensó que le había despistado. Se sentó a beber agua y volvió a aparecer. Volvió a salir corriendo y desgraciadamente cayó en una profunda cueva. Justo antes de llegar al suelo se despertó del coma. Cuando se despertó el dinosaurio seguía allí.
sábado, 18 de junio de 2011
El lunes un mal día
Los lunes son día terrible. Yo tengo dos motivos para pensar eso el primero el que tiene todo el mundo que te cuesta levantarte y vas dormido a la escuela el segundo que un lunes hace ya un año y medio iba como siempre dormido hacia la escuela pero a mitad de camino mi encontré a mi perro Lupo paseando el solo por la calle. Primero pensé en llevármelo al instituto pero despues pensé que seria mejor que lo llevara a mi casa y cogiera la bici.
Eso hice, fui a mi casa y deje a Lupo, en la casa pasaba algo extraño ya que mi madre no estaba pero no había ni hecho su cama ni recogido su desayuno pero como tenía prisa deje a Lupo y me fui en bici.
En clase todo fue normal hasta que a cuarta hora justo después del recreo me encontré una nota en mi cajonera que ponía con letras recortadas de revistas "¿Qué extraño lo del perro no?". Después de eso todo continuo normal hasta que cuando salí alguien me mando un mensaje que ponía ven a la calle canoa numero 29 segundo D. Fue corriendo a esa casa. Llame pero me di cuenta que la puerta estaba entreabierta entre y me encontre a mi madre con un puñal en el pecho.
Me fui corriendo, llame a la policía, después a mi padre pero aun hoy siguen si encontrar a su asesino.
Eso hice, fui a mi casa y deje a Lupo, en la casa pasaba algo extraño ya que mi madre no estaba pero no había ni hecho su cama ni recogido su desayuno pero como tenía prisa deje a Lupo y me fui en bici.
En clase todo fue normal hasta que a cuarta hora justo después del recreo me encontré una nota en mi cajonera que ponía con letras recortadas de revistas "¿Qué extraño lo del perro no?". Después de eso todo continuo normal hasta que cuando salí alguien me mando un mensaje que ponía ven a la calle canoa numero 29 segundo D. Fue corriendo a esa casa. Llame pero me di cuenta que la puerta estaba entreabierta entre y me encontre a mi madre con un puñal en el pecho.
Me fui corriendo, llame a la policía, después a mi padre pero aun hoy siguen si encontrar a su asesino.
lunes, 13 de junio de 2011
El ladrón de hojalata
Era un hombre que era hijo de unos padres muy pobres que tenían muchos hijos y como él era el mayor tenía que conseguir dinero para comer. Como no podía hacer otra cosa robaba. Su técnica era pintarse como si fuera una estatua con un bate en un sitio de la Gran Vía y cuando la gente se le acercaba a ver si era real cogerle el bolso o la cartera y salir corriendo. Un día una mujer que ya se lo sabía le pillo desprevenido y le pregunto que porque robaba. Cuando Pedro se lo explico Marta que era la chica le dijo que si dejaba de robar le daría un trabajo en una empresa. A parte tendría que colaborar con alguna ong de ayuda a la naturaleza.
Pedro aceptó encantado. Durante un mes no tuvo que robar pero cuando pasó el mes se dio cuenta de que seguía cobrando poco y no podía mantener a la familia. Cambio de calle y después del trabajo se dedicaba a robar. Así aguanto un tiempo pero un día ocurrió lo que esperaba que nunca ocurriera Marta pasó por allí.
-Me prometiste que no volverías a robar- dijo Marta
- Lo se pero somos seis hermanos y el sueldo no me llega.
-Te subiré el sueldo pero a cambio tienes que estudiar una carrera.
-Vale estudiaré ingeniería.
Al cabo de cuatro años se sacó el titulo. Además el segundo que no se le daban bien los estudios pudo trabajar en la empresa de Marta. El tercero acaba de empezar medicina, el resto aún son jóvenes.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)